Nuevamente llega el miércoles, día ineludible de partida. Quedamos Pep, Mike, Edu, Forner y Xisco. Teresa ya había avisado de que llegaría bastante más tarde.
Pep, Edu y Mike habían sacado el Agricola y cuando llegamos Forner y yo ya lo tenían medio montado, como Forner no podía quedarse mucho tiempo no quiso unirse a la partida.
Cuatro apuestos granjeros estaban dispuestos a prosperar su ahora pobre granja para conseguir una granja que sea la envidia del pueblo, ¿quien tendría éxito? ¿Que granjero es el más guapo?
Tras repartir oficios y adquisiciones menores me dí cuenta que no me gustaba ninguna carta, pero me decanté por intentar ser panadero.
Empezamos la partida aprendiendo oficios, recolectando madera, Edu se apoderaba de la acción de arar un campo, solo pude obtener un poco de trigo y poco más. Se acercaba la primera cosecha y estaba muy escaso de comida, consigo una vaquita que guardo como mascota y puedo ordeñar, eso alivió el hambre.
La partida se ha torcido, la idea de ser panadero fue imposible, el primer tramo de partida no tenia ni un campo arado y un solo cereal, vaya desastre. Me obligo a espabilar y aprovecho los muchos recursos para construir una habitación y al poco ampliar la familia, dos manos jóvenes pueden ser el empujón que necesitaba.
Alimentar tres bocas me supuso muchos apuros, muy justito siempre. Sacrifiqué varias ovejas, la cabra ayudaba un poco, iba a pescar de vez en cuando. El nuevo miembro de la familia ayudó a remontar un poco, abundaron un poco más los materiales, pude arar, y finalmente vallar gran parte de la granja, construí un pozo para aliviar la presión por la comida, así como el alfarero para obtener comida con la arcilla, como se habían acumulado diez arcillas...
Justo antes de finalizar la partida llegó el momento clave, digamos que me dejaron ganar porque dejaron libres las dos mejores opciones: Arar y sembrar, ampliar familia sin habitaciones libres. Estas acciones me dieron un buen puñado de puntos que resultaron decisivos.
